Desde siempre los seres humanos hemos volteado a admirar el firmamento y a las millones de estrellas que habitan en él. Además de que su belleza nos resulta muy atractiva, nos han ayudado en muchas actividades, como guiar a los navegantes, reconocer los ciclos de la naturaleza para aprovechar mejor las cosechas y predecir eventos. Menos famoso es el apoyo que las estrellas nos dan para conocernos mejor a nosotros mismos, pero resulta igualmente efectivo; para esto es necesario elaborar lo que se llama la Carta Astral o Carta Natal, la herramienta básica de la astrología.
Cuando adquirimos un equipo nuevo como un automóvil, un celular, una televisión o una computadora, estos vienen con un instructivo adjunto que nos ayuda a conocer cómo funcionan y obtener el máximo provecho de ellos.
Podemos decir que la carta astral es el instructivo que el universo nos da para conocernos objetivamente, guiarnos en nuestro camino, aprovechar nuestros ciclos interiores y predecir el clima energético que se nos aproxima para estar preparados, entre otras cosas.
Una máxima de la astrología es: “Como es arriba, es abajo y como es adentro es afuera”. Debido a esto es que podemos relacionar al Sol, la Luna y los planetas con partes interiores en nuestra psique y asociarlos por su simbolismo.
El Sol es la única estrella en nuestro sistema solar y es el responsable de darnos luz y calor, ambos indispensables para preservar la vida. El Sol en la carta natal simboliza lo que nos ilumina para conocer nuestra esencia, para saber qué nos da energía, nos entusiasma y es quien nos hace el llamado para avanzar en nuestra vida. Marca el camino del héroe individual que cada uno llevamos dentro y que nos llena de vitalidad y energía.
La Luna nos describe la manera en que vivimos el mundo emocional, nos ayuda a saber si usamos las emociones a nuestro favor o, como sucede en muchas ocasiones, si las emociones son quienes nos manejan y sabotean. Al igual como sucede con las mareas, la Luna nos puede elevar ligeramente el tono emocional hasta provocarnos tsunamis o puede permitirnos estar tranquilos a pesar de los huracanes que nos inundan.
Mercurio es el indicador de cómo funciona en la psique nuestra mente y la manera como nos comunicamos. Tenemos una mente persecutoria que está siempre en continuo análisis y, además, repitiéndonos siempre lo mismo, o se la pasa acumulando información que luego ni usamos, o vive en la flojera. ¿Puedo verbalizar mis pensamientos o se me quedan detenidos en la garganta?
Venus representa nuestro gusto por el arte, los placeres, lo que nos interesa, nuestra autoestima y la manera como nos relacionamos. Y no sólo incluye las relaciones afectivas e interpersonales sino todo con lo que nos relacionamos. Puede ser la casa, el dinero, las mascotas, nuestra ropa, la comida, emociones, pensamientos, etc.
Marte, dios de la guerra, al igual que en la mitología romana simboliza a nuestro guerrero interior. Es la parte de nuestra psique que nos lleva a luchar por lo que queremos, nos ayuda a defender lo que pensamos, lo que somos y a poner límites para que no invadan nuestro territorio.
Júpiter es nuestro sabio interior, nos ayuda a formar nuestra filosofía de vida, a guiarnos por nuestros valores, es también el explorador que nos lleva a descubrir otros mundos, nuevas filosofías, otras culturas que nos ayudarán a ampliar y expandir nuestra comprensión.
Saturno en nuestra carta representa las limitaciones que podemos enfrentar, las responsabilidades, es quien nos da estructura y nos hace contactar objetivamente con la realidad para que dejemos de creer que ya tenemos todo superado.
Urano, Neptuno y Plutón son energías muy poderosas y, nosotros, los seres humanos, apenas empezamos a entenderlas y poder integrarlas. Los tres planetas simbolizan dentro de nuestra psique a los despertadores de conciencia. Nos empujan a “Ser” lo mejor de nosotros mismos, pero cada uno lo hace a su manera muy particular y, a veces, nada fácil.
Urano lleva a cabo su despertar de manera inesperada, sorpresiva y, de golpe y porrazo, nos lleva a ver, pensar y analizar la vida de una manera diferente. Es como los relámpagos que nunca sabemos dónde van a caer, llegan de repente y pueden iluminar situaciones, personas, pensamientos y emociones que nunca habíamos notado y que amplían nuestra visión.
Neptuno trabaja dentro de nosotros poco a poco, nos va disolviendo suavemente para que un día, al despertar, nos demos cuenta de que no somos los mismos de tiempo atrás; ojalá seamos más compasivos y amorosos, que vivamos con más fe y confianza que es lo que desea motivar en nosotros. Si nos resistimos a su energía podemos evadirnos de las circunstancias o refugiarnos en drogas, alcohol o algo más que se nos atraviese en el camino.
Plutón, al pobre lo degradaron a planetoide por su tamaño, pero eso no quiere decir que por cambiarle la clasificación modificaron el tipo de energía que posee. Este pequeño es como nuestro transformador interior que se encarga de despojarnos de todo lo que ya no nos sirve, de todo lo que nos pesa, pero no nos atrevemos a soltar y si no le damos nuestro permiso pues, simplemente, se lo toma. Después de ayudarnos a destruir y a desapegarnos de lo que ya no nos corresponde, lo hayamos apoyado o no, viajaremos de un modo diferente, regenerados, más ligeros, a veces apaleados y otras veces agradecidos, por su dolorosa ayuda.
Como podemos ver, los seres humanos recibimos las energías de todo el universo. Por eso tenemos a todos los planetas en nuestra carta natal y tenemos a todos los personajes interiores que cada planeta representa dentro de nuestra psique. Sin embargo, no todos pensamos, sentimos, ni actuamos igual. Esas diferencias dependen de los signos.
Cuando alguien te pregunta cuál es tu signo zodiacal la respuesta que damos es la del signo en el cual se encontraba colocado el Sol en el firmamento en el momento de nuestro nacimiento. Ese signo casi todos lo conocemos y creemos que es el único que poseemos. Lo que muchos ignoramos es que al igual que el Sol, los demás planetas y la Luna también se colocan en los diferentes signos zodiacales cuando llegamos al mundo. ¡No solo existe el Sol en nuestro sistema!
Así podemos tener al Sol en Sagitario, la Luna en Géminis, Mercurio en Acuario, etc. Todos recibimos la energía de todos los signos, al igual que nos llegan las energías de todos los astros.
Los signos son los que indican la manera cómo se van a comportar los planetas, es decir, los diferentes personajes dentro de nuestra psique. Cuál parte apoya a cuál y cuáles entran en conflicto. ¿Nuestro Sol apoya a Marte o más bien se estorban? En otras palabras, nuestro guerrero interior ayuda a que llevemos a cabo nuestra realización o ni la conoce. ¿La Luna se lleva bien con Mercurio o ambas se sabotean? Es decir, ¿puedo conectar mis emociones con la razón o cada una está viendo hacia sus propios intereses?
Los signos que tenemos en nuestra carta natal también nos ayudan a conocer si en la vida nos manejamos más a través del sentimiento o de la razón, si somos intuitivos u objetivos, extrovertidos o introvertidos, si contamos con la energía suficiente para iniciar las cosas, si somos o no perseverantes, qué tanto apoyamos los cambios o si éstos nos dan miedo.
Con la carta natal podemos darnos una idea de nuestra misión, propósitos y metas que estaremos siguiendo durante nuestro transcurrir, qué talentos tenemos y cuáles son nuestras deficiencias para tomarlas como oportunidades de crecimiento. Asimismo, nos señala el entorno energético dentro del cual estaremos moviéndonos para prepararnos y sacarle el mayor provecho.
Como podemos ver, contamos con un excelente y muy completo instructivo. Ojalá nos atrevamos a leerlo y no hagamos lo mismo que hacemos con la mayoría de los que llegan a nuestras manos que es: ignorarlos, guardarlos o tirarlos a la basura, y seguir viviendo en el modo… ¡A ver!