María Fernanda Ortiz

diciembre 3, 2021

Frente al asfixiante torrente de producciones audiovisuales, particularmente en lo que se refiere a las series televisivas producidas o distribuidas por las plataformas Over the Top (Netflix, Amazon, Disney+, etc.), resalta como un diamante en la oscuridad la nueva serie de Netflix “Colin in Black & White”.

Esta producción del propio Colin Kaepernick, el jugador de futbol americano y activista que en 2016 comenzó a hincarse en señal de protesta por los diversos acontecimientos de brutalidad policiaca contra afroamericanos, es innovadora por todos lados. Desde el formato y narrativa hasta la manera en que aborda uno de los problemas más intrínsecos y arraigados en la sociedad estadounidense, la discriminación por motivos raciales.

Abandonado de bebé por sus padres biológicos, Colin fue adoptado por un matrimonio blanco que tenía dos hijos. Ya en High School, se destacó de forma simultánea en varios deportes: básquet, béisbol y fútbol americano. De hecho, recibió decenas de propuestas de becas para las mejores universidades por su proverbial capacidad como lanzador (pitcher) de béisbol, pero él siempre soñó con ser quarterback. Lo logró, se convirtió en estrella, pese a que esa posición casi siempre estuvo reservada a jugadores blancos.

Convertido en el narrador de su propia historia, Kaepernick cuenta los momentos contradictorios de su carrera hacia el éxito, plagada tanto de situaciones desconcertantes, victoriosas y fascinantes, como momentos frustrantes y amargos al ir despertando a una realidad en la que todo hombre de color debe aceptar regirse por las reglas de la sociedad blanca para pertenecer y triunfar.

Aprovechando los recursos de efectos especiales y las recreaciones históricas para mostrar de una manera creativa e ingeniosa una realidad que quisiéramos parezca del pasado, pero se aferra a no desaparecer, la serie nos permite empatizar con su vida y las actitudes que en el día a día son una manifestación de racismo y segregación.

Una serie imperdible.

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